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Muchos tomamos por sentado el contar con una conexión a Internet. Basta con hablar con la compañía e instalar unos cables, ¿no? Sin embargo, mucha gente se encuentra lejos de las zonas urbanizadas, lo que implica una complicación en cuanto a la logística, cobertura e instalación de servicios tradicionales de Internet. Es por ello que muchos optan por una conexión de Internet satelital, pues supera los obstáculos que enfrenta un usuario que se encuentre en un área remota, tal como montañas, mar abierto.
Tal como indica su nombre, el servicio de Internet satelital implica el uso de satélites geoestacionarios, es decir, de aquéllos que giran junto con la Tierra de tal manera que aparentan permanecer en el mismo lugar en las alturas. No se requieren de cables, todo se hace de forma inalámbrica.
Este tipo de señales suelen ser más lentas, por lo que es recomendable recurrir a su contratación solamente si absolutamente necesario. Además, debido a su método de transmisión de datos no tienen las mejores velocidades. Si tus necesidades al conectarse van más allá de navegar en Internet de forma casual, quizá se presenten inconvenientes.
Una conexión en a Internet funciona hacia dos direcciones, una de carga con las peticiones que hace el usuario (clics en una dirección, el video al presionar play, etc) y otra de descarga, en la que se entrega el material pedido. En estos casos, la carga se denomina uplink y la descarga downlink.
Esta información tiene un recorrido de más de 35 mil km de distancia hasta llegar al satélite o viceversa. El paquete de datos lo recibes por medio de una antena, tal como si fuera una suscripción a televisión de paga vía satélite. Es debido a esta distancia que la velocidad de esta modalidad no llega a cantidades muy grandes, a menos que se haga una considerable inversión. Depende de cada proveedor, pero generalmente se ofrecen velocidades de hasta 10 Mbps.
Para la instalación y correcto funcionamiento de este servicio se requieren de distintos elementos.
Sin duda, el beneficio del Internet satelital es su enorme cobertura, pues por la altura permite que la información sea transmitida prácticamente a cualquier parte del mundo, dependiendo del área que cubran los satélites de la compañía en cuestión.
Por otro lado, la misma tecnología implica una inversión considerable al momento de instalación, al igual que rentas mensuales mucho más altas a las de una conexión tradicional de ADSL o fibra óptica. Además, no alcanza la misma velocidad que otros medios de conexión.
Entonces, lo recomendable es buscar Internet vía satélite si tu prioridad es la cobertura. En caso de no conseguir los medios tradicionales de conexión, el Internet satelital es la opción. Si quieres indagar un poco más en este tipo de tecnología, puedes leer nuestro artículo al respecto.
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