Bienvenidos al infierno es la cuarta película de la directora Jimena Monteoliva, siendo las tres anteriores Toda la noche, Clementina y Matar al dragón, todas ellas pertenecientes al género de terror.
La cinta explora el misticismo que rodea al satanismo tomando elementos de otros largometrajes similares como El bebé de Rosemary, pero lo combina con una perspectiva feminista y la cultura del black metal.
Gracias a su interesante premisa, el proyecto fue invitado a formar parte de la cartelera del Festival Macabro, el cual hemos tenido el placer de cubrir. Por tal motivo, te presentamos nuestra reseña, datos curiosos en torno a la producción y una galería interactiva del elenco. Pero antes, checa el tráiler oficial:

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Bienvenidos al infierno: reseña
Imagen cortesía de YouTube
Lucía (Constanza Cardillo) es una chica embarazada que vive en una cabaña ubicada en medio de la nada con su abuela (Marta Lubos), una mujer muda que solamente se comunica a través de notas.
Inicialmente, la relación entre ambas no es muy buena, debido a que la joven está consciente de que se trata de un embarazo no planeado y su abuela intenta fallidamente cuidar de ella evitando que realice acciones como beber alcohol, fumar y otras situaciones de riesgo.
Por tal motivo, la condición de Lucía da pie a diversos flashbacks mediante los cuales conocemos al Monje (Demián Salomón), quien es su exnovio y padre del futuro bebé, así como líder y vocalista de una agrupación de metal.
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La relación rápidamente se torna nociva y lo maltratos físicos y psicológicos se convierten en una terrible constante; pero, lo verdaderamente macabro es el trasfondo del asunto.
La razón por la que el Monje se comportaba de manera tan agresiva era porque él y sus compañeros no solamente formaban parte de una banda musical, sino que también habían conformado una secta satánica.
Es importante detenerse en este punto para señalar dos cosas relevantes. La primera de ellas es la situación de violencia que sufren muchas mujeres a causa de la sociedad machista actual.
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De hecho, la directora se enfoca en crear personajes dominantes masculinos, los cuales reflejan su “poder” sobre el género femenino manteniendo cautiva a Lucía, maltratándola y subyugándola en todo momento.
Pero la violencia en la película va todavía más allá, pues en las noticias locales se informa que en promedio muere una mujer por día víctima de feminicidio en Argentina, país de origen de la directora, situación que lamentablemente se repite en Latinoamérica.
No obstante, dichos personajes no están ahí sólo con el fin de causar repudio en el espectador, puesto que conforme avanza la historia, el papel femenino se va empoderando y reivindicando cada vez más, al grado de conseguir hacerle frente a la amenaza.
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La segunda cosa que vale la pena resaltar es la manera en cómo se maneja la relación entre los metaleros y el satanismo, puesto que muchas veces se les señala como seguidores del mal únicamente por sus gustos musicales.
Así, Lucía decide huir del lugar en el que residía con el Monje y su banda a fin de escapar con su abuela, a quien encuentra gracias a una nota que le dejó su madre. Dadas las circunstancias y su estado anímico, la protagonista sólo sale de vez en cuando al pueblo más cercano para conseguir víveres.
A fin de vengarse y buscando concretar un ritual satánico, el monje y sus compañeros se disponen a buscar a su expareja por todos los medios posibles.
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Tras enterarse de que están tras sus pasos y consciente del peligro que esto implica, la joven decide contarle a su abuela lo que está sucediendo. Entre tanto, un hombre que conocía a Lucía la delata a cambio de una recompensa, por lo que, con su ayuda, la banda se dirige al sitio en el que ambas se esconden.
Éste es justamente el clímax del largometraje y en donde todo se conjuga a la perfección para atrapar al espectador: el apartado sonoro, la iluminación y el suspenso te harán mantenerte al filo del asiento.
En cuanto a la música, a lo largo de la cinta es posible escuchar diversas canciones de black metal, pero es especialmente en este punto de máxima tensión que el género, el ritmo y el frenetismo característico de verdad salen a relucir.
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Respecto a la iluminación, la escenografía y la caracterización, son aspectos sencillamente impecables. Antes de comenzar la caza, los antagonistas deciden pintarse la cara al más puro estilo de Kiss y Mayhem.
Del mismo modo, al desarrollarse la acción de noche y al contar únicamente con la luz de un par de antorchas, el contraste de los colores blanco y negro en la cara de los actores, el rojo producido por el fuego y el verde de las hojas producen un verdadero espectáculo visual.
Los últimos minutos de la cinta guardan un oscuro secreto en el personaje menos esperado, lo que desemboca en un giro de tuerca que dejó boquiabierto al público.
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En conclusión, podemos decir que, aunque Bienvenidos al infierno se catalogue como un film de terror, lo cierto es que se apega mucho más al suspenso. Realmente, no hay screamers u otros elementos propios del cine puramente de horror.
No obstante, lo anterior para nada es algo negativo, ya que las virtudes de la creación de Jimena Monteoliva residen en dos aspectos esenciales:
- El respeto y el nivel de detalle que la producción puso en la filosofía satanista y el sincretismo que la rodea.
- La creación de personajes repudiables que sirven de base para el empoderamiento femenino.
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Así, el título del largometraje hace alusión a dos tipos de infierno: el alegórico habitado por criaturas demoniacas y el infierno en la tierra que viven muchas mujeres por culpa de la violencia.
Si eres fanático del ocultismo y estás buscando una alternativa que te brinde una historia original, definitivamente no puedes perderte esta excelente película.
Bienvenidos al infierno: datos curiosos
Al término de la proyección, la directora Jimena Monteoliva se tomó un tiempo para conversar con los asistentes, motivo por el cual reveló información adicional acerca de la producción.
1. El uso del enoquiano
Imafen cortesía Castrum Scientiae
Un detalle del que inmediatamente nos dimos cuenta los fanáticos del sincretismo y de las lenguas fue que, en ciertas partes de la trama, los actores hablaron en un idioma conocido como enoquiano.
Dicho lenguaje es propio de los ángeles y supuestamente fue utilizado por la humanidad antes de los sucesos ocurridos durante la construcción de la Torre de Babel. Asimismo, la Iglesia de Satán asevera tener un amplio conocimiento de la lengua.
2. El cabello de Demián Salomón
Imagen de Demián Salomón en Facebook
Al comienzo del rodaje, Demián Salomón, actor que da vida al Monje, usó una peluca dado que su cabello era muy corto. No obstante, llegó la pandemia y las grabaciones se detuvieron por casi un año.
Durante este tiempo, Demián se dejó crecer el pelo. De este modo, al reanudarse la producción, el uso de la peluca ya no fue necesario.
3. Guiños a la filosofía
Imafen cortesía Bloghemia
Como comentamos, la abuela de Lucía únicamente se comunicaba a través de notas, las cuales sacaba de un libro. Lo curioso es que dichas frases hacen referencia a filósofos ilustres como Nietzsche e Hipócrates.
Un par de ejemplos son:
“Uno debe detener el caos en sí mismo para ser capaz de dar a luz a una estrella danzante”, en alusión a Nietzsche.
“Que tu comida sea tu alimento y tu alimento tu medicina”, Hipócrates.
“La verdadera libertad es un acto puramente interior, como la verdadera soledad”, Massimo Bontempelli.
4. La filosofía satanista
Imafen cortesía El País
Uno de los objetivos de la cinta es retratar que la corriente y el pensamiento satanista no es malo en sí, sino que quienes realmente están equivocados son todas aquellas personas que lo malinterpretan.
Tal como sucede con los personajes, al tener una visión errónea de la ideología, la gente termina haciendo actos crueles, sanguinarios y delictivos.
5. Lilith como un símbolo de empoderamiento
Imafen cortesía Meer
En la religión judeocristiana, Lilith fue la primera esposa de Adán y, por lo tanto, la primera mujer en la tierra. Sin embargo, Dios la expulsó del jardín del Edén al tener una actitud rebelde con su marido y no comportarse de una manera sumisa.
En el filme, Lilith toma un papel relevante a la postre y es reivindicada, representando así el empoderamiento y la fuerza femenina.
6. La influencia de la banda Mayhem
Imafen cortesía Rock&Tipo
Si eres un acérrimo fan del metal, ya debes conocer la historia de Mayhem, cuyo vocalista, Dead, se quitó la vida de un disparo en la cabeza.
Pero la cosa no paró ahí, ya que Euronymous, guitarrista de la agrupación, fotografió al cadáver y usó la imagen como portada del disco Dawn of the Black Hearts. Asimismo, se rumorea que Euronymous cocinó y comió partes del cerebro de su amigo.
La película hace varios guiños al conjunto noruego, siendo el más evidente el disparo que recibe uno de los antagonistas, el cual provoca que su cadáver se vea similar al de Dead en la portada del álbum.