Si alguna vez has visto la película Forrest Gump, seguramente recuerdas la escena en la que el Teniente Dan permanece ajeno a la celebración de Fin de Año que sucede a su alrededor. Su lenguaje corporal lo dice todo: no lo está pasando bien. ¿Qué pensarías si te dijéramos que, en el fondo, todos nos sentimos como el desafortunado Teniente durante el 31 de diciembre?
"Cuando las fiestas llegan, mágicamente me transformo en el Teniente Dan", Imagen vía Imgur
Antes de que nos llames aguafiestas, permitenos explicar el por qué con los siguientes datos extraídos de diversos estudios sobre el tema, mismos que fueron recopilados en un video realizado por el canal de YouTube AsapSCIENCE. Si quieres mirar el clip, recuerda que se encuentra en nuestra selección de videos de la semana.
Expectativas: de acuerdo con La Búsqueda y evaluación de la felicidad pueden ser contraproducentes, un estudio realizado en vísperas de Año Nuevo de 1999 por Jonathan Schooler, 83% de las personas a las que se les preguntó sobre su fiesta de fin de año, afirmaron sentirse decepcionadas debido a las altas expectativas que tenían del festejo. ¿Recuerdas cómo fue la última noche del siglo XX? Seguramente no fue grata.
Esforzarse demasiado: en otro estudio, se les pidió a dos personas que escucharan música. A uno de ellos se le pidió que se sintiera tan feliz como le fuera posible, al otro no. El resultado fue que a la persona que no se le dieron instrucciones, la pasó mejor. Si te esforzaste demasiado en tener la mejor fiesta de fin de año de la historia, es muy probable que tu capacidad para disfrutarla se haya visto mermada.
Predisposición al optimismo: nuestros cerebros están hechos para sobreestimar la posibilidad de resultados positivos en comparación con resultados negativos. Esto explica por qué se celebran innumerables bodas a lo largo del año, aún cuando estadísticamente, se ha comprobado que el 50% de las parejas casadas terminan. Sucede lo mismo cuando planeamos llevar a cabo una celebración en grande.
Reflexión: de acuerdo con un estudio publicado por la Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, indica que las personas suelen buscar significado existencial en los cumpleaños con terminación en 9 (29, 39, 49, etc.), debido a que que fungen como una transición entre décadas. Lo mismo sucede con el 31 de diciembre: al otro día, un año más iniciará. Puede parecerte el momento indicado para reflexionar sobre metas, ilusiones, decepciones y sueños que quedaron atrás… piénsalo dos veces.
Alcohol: Si no hiciste caso del punto anterior, seguramente recurriste al agente inhibidor por excelencia: el alcohol. Al ingerirse, primero se asienta en la corteza cerebral, área responsable de las emociones sensoriales y los pensamientos. Si la cantidad de alcohol aumenta, el sistema límbico se ve afectado, éste se encarga de mantener tus sentimientos a raya y claro, también es responsable de tus lágrimas y pensamientos tristes, puesto que el alcohol impide el proceso de sinapsis.
¡Feliz año nuevo Teniente Dan!
En fin, la infame celebración ha terminado y esperamos que tu fiesta haya roto con estos datos científicos. Para finalizar, te dejamos con una reflexión: recuerda que la víspera de Año Nuevo sólo representó un pequeño 0.273972603 % de todo un año y no fue el reflejo de 365 días completos. No hay mejor forma de comenzar el primer lunes del año que con una motivación así ¿no crees?
Y si te lo quieres tomar con un poco de humor, checa la galería de memes de fin de año para que te rías un poco.
